Como padres debemos ser como una cúpula de hierro para nuestros hijos e hijas. Ellos están siendo atacados por el enemigo en diferentes áreas como la salud o la sexualidad, también en su mente y en su fe en Dios.
Como padres y madres tenemos la responsabilidad divina de guiar a nuestros hijos por el mejor camino.
Cuando pienso en una flecha recuerdo lo que dice la Biblia con respecto a nuestros hijos e hijas. Salmos 127:3-4
El trastorno del espectro autista (TEA) constituye un grupo de afecciones relacionadas con el desarrollo del cerebro.
El tiempo de calidad por separado con cada uno de tus hijos es importante. La mayoría de las veces compiten por la atención de los padres.
Nosotros somos claves para la vida de nuestros hijos, ellos siempre nos están leyendo, todo lo aprenden a través del ejemplo.
Rodéate de personas que puedan aconsejarte en la etapa que estás viviendo con tu familia.
Que Dios nos permita ser buenos administradores y enseñarlo a nuestros hijos.
Busca esa realidad, la tradición que enlace a tu familia para convivir, reír o simplemente estar juntos.
Si tienes la dicha de tener cerca a los abuelos de tus hijos, gozas de ese tiempo que ellos les dan sin prisa, no hay presiones de crianza o corrección.
