Un día a la vez

Afanes

Cuando escuché el tema me llamó mucho la atención. ¿A qué me lleva la palabra afanes? Puedo pensar en distracción, preocupación, ansiedad, tensión y presión. Es como describir a alguien con la mente dividida, no puedo decir que no me he sentido así en muchas ocasiones, por supuesto que sí, pero deseo entender que debo vivir un día a la vez, que mi vida está escondida en Dios y al depender de Su amor, tengo paz y plenitud.

Como hija única junto a cuatro hermanos, era una joven muy amada y realmente sin mayores necesidades, tenía un buen trabajo y dinero suficiente como para estrenar cada semana, sin ver por mi futuro, sin pensar en los consejos que los adultos me daban en ese tiempo. De pronto todo cambió, ya casada, con dos hijos, quedé en una situación en donde dependía únicamente de lo que mi esposo pudiera darme. No fue fácil, estaba en una situación muy difícil y me sentía triste.

Tomé la decisión de acercarme a Jesús, aceptar y reconocer mi situación. Recordé Su Palabra: que Él no despreciaría un corazón contrito y humillado. Fue ese momento donde mi Padre Celestial me trajo a sus brazos de amor, de donde no quiero moverme. Me mostró lo que era depender de Su amor, porque me acercó a Él. Ahora Su amor es suficiente para mí, no necesito nada más que eso, Su presencia en mí me da vida. Su palabra es viva y eficaz, penetrante como espada de dos filos y enseña sobre este tema en Mateo 6:34 (RVR1960): Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán.

Puedo afirmar que esta palabra me llena de paz, hay cosas que no puedo solucionar, leo esto y descanso en que nuestro Dios suplirá lo que nos falta. Así entra en acción nuestra fe, a nuestro Padre le agrada mucho que confiemos en Él, pues sin fe es imposible agradarlo; solo hay que creer en Sus planes, como dice Su palabra, que Su plan es bueno, agradable y perfecto. Mateo 6:25 (RVR1960) indica: No os afanéis por vuestra vida, que habéis de comer o que habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?

Claro, esto no significa que nos sentaremos y dejaremos que todo se haga solo, de ninguna manera, nuestro Padre nos llama a reflexionar en que no ganamos nada con el afán, que aprendamos a dejar nuestra carga sobre Él, por supuesto que haremos lo que es posible, para que Él se ocupe de lo imposible. Sabemos que todo lo que hagamos Dios lo bendice y Su palabra nos enseña a ser diligentes. Es posible que tengas la respuesta a esta pregunta: ¿Qué puede robar toda la plenitud que Dios desea que tengas en tu vida? En medio de cualquier circunstancia, tengamos contentamiento. Filipenses 4:6 (RVR1960): “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”

También Dios nos pide que hablemos con Él de estas situaciones que nos agobian, nos da el consejo de que nos acerquemos a Él, que pongamos nuestra petición a sus pies. En Jesucristo todo es posible, necesitamos ser renovados de lo que pudimos creer, para ajustarlo a las promesas de Dios. Una promesa de nuestro Padre es satisfacer nuestras necesidades, a Él le agrada hacerlo, es maravilloso. Eres importante para Dios y anhela bendecirte.

Por Roxana de Pérez

También te puede interesar:

Libertad

Como padres, es fundamental que entendamos y enseñemos a nuestros hijos la verdadera libertad y cómo podemos vivirla.

Leer más »

Un día a la vez

La palabra afán nos lleva a pensar en distracción, preocupación, ansiedad, tensión y presión. Dios desea que vivas un día a la vez.

Leer más »