El Espíritu Santo es como el aire, que está en todas partes y lo podemos sentir, aunque no lo podemos ver. Recuerda que el Espíritu Santo vive en ti y en mí.
Hoy haremos un experimento, pero para el necesitamos los siguientes materiales: 1 plato blanco de porcelana, un vaso con agua y 1 marcador de pizarrón del color que tengas en casa. ¿Estás listo para hacer nuestra actividad?
Vamos a iniciar colocando el plato sobre una superficie plana. Toma tu marcador, deja que tu creatividad fluya y realiza un dibujo sobre el plato. Ahora, toma el vaso empieza a echar el agua poco a poco en el plato hasta que el dibujo que despegue y tenga movimiento.
Así como el dibujo necesitaba del agua para cobrar vida, de esa misma forma nosotros necesitamos al Espíritu Santo en nuestra vida.