Un diagnóstico en la infancia ¿qué hago?
El trastorno del espectro autista (TEA) constituye un grupo de afecciones relacionadas con el desarrollo del cerebro. Las capacidades y necesidades de las personas autistas varían y evolucionan con el tiempo, por lo que unos individuos pueden ser independientes y otros necesiten de atención constante durante su vida.
A Diego, mi hijo de 7 años, lo diagnosticaron tarde porque no tuvo problemas del habla y lenguaje, por ello no lo vimos a tiempo. Sin embargo, sí presentó dificultades en el resto de las áreas. Tuve mucho miedo porque no sabía cómo apoyarlo; me preocupaban las cuentas, su futuro y la reacción de la familia. Lo primero que hice fue leer mucho sobre el TEA; me ayudó a entender por qué mi hijo actuaba como lo hacía. Lloré y me frustré por varios meses, pero también me culpé por la forma en que lo había tratado. Fui muy dura con él porque “me ignoraba”, no comía lo que le cocinaba, y no aprendía a leer y a escribir. Pasé meses sumergida en la ansiedad, el insomnio y la culpa.
Decidí ser la mamá que mi hijo necesitaba. Le pedí perdón por mi ignorancia y busqué información sobre el autismo. Gracias a mi investigación encontré a varias familias que también tienen un hijo dentro del espectro autista. Me apoyaron a entender el diagnóstico y a tener una idea para apoyarlo. En especial me apoyé en Dios. Por varios meses me enojé con Él y me alejé de la iglesia.
Un día llegó a mí Isaías 41:10 que dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Gracias a ese versículo entendí que sacando al Señor de mi vida no iba a ayudar a mi hijo. Sin Él yo no era nada y cada día era peor.
Papá o mamá, el mejor consejo que puedo darte es que no temas, Dios está contigo. En cada oración déjale tus cargas para que Él te ayude en el camino. Sé que es difícil recibir cualquier diagnóstico, pero lo estás haciendo bien. ¡Tú eres el ángel que tu hijo o hija necesita! Clama al Señor por sabiduría y paciencia para que no dudes de tu capacidad, ya que eres la única persona que sabe lo que tu hijo necesita. Busca una red de apoyo para hablar y recibir un consejo cuando lo necesites. Ama a tu hijo o hija porque te aseguro que te harán saber a su manera de que también te ama.
Analy Gallardo