Libertad

La verdadera libertad.

¿Alguna vez te has preguntado qué significa realmente ser libre?

Cada día tomamos pequeñas decisiones, como elegir qué ropa ponerse, lo que voy a comer, hacer la tarea o jugar.  Tenemos la libertad de elegir, pero es importante recordar que, por ejemplo, en el fútbol existen normas o reglas. Aunque los jugadores tienen la libertad de jugar como deseen, pero para que el juego sea justo y agradable para todos deben seguir esas reglas. De esta manera, entendemos que la verdadera libertad no significa hacer lo que se quiera, sino actuar dentro de un marco que respete a los demás.

¿Cómo defines la libertad en tu hogar? ¿Es un concepto que se habla abiertamente con tus hijos?  La verdadera libertad no es simplemente la capacidad de actuar sin límites.

En la sociedad actual, la libertad se asocia comúnmente con la ausencia de restricciones y la capacidad de hacer lo que uno quiera. Sin embargo, como padres, es fundamental que entendamos y enseñemos a nuestros hijos la verdadera libertad y cómo podemos vivirla.

En Gálatas 5:1 (PDT), nos recuerda que “Ahora somos libres porque Cristo nos liberó. Manténganse firmes en la libertad y no vuelvan a la esclavitud”.  Esta libertad implica dejar las cargas del pasado, siendo libres del pecado, la culpa y de las ataduras que nos impiden vivir plenamente.

La verdadera libertad también implica responsabilidad. Cuando recibes la verdadera libertad en Jesús, tienes la responsabilidad de vivir de manera que honres a Dios y seas de bendición a los demás. En 1 Pedro 2:16 (TLA) se nos enseña el verdadero propósito de la libertad: “Ustedes son libres porque son servidores de Dios. Pero no crean que por ser libres pueden hacer lo malo”.  Enseña a tus hijos que todas sus decisiones tienen consecuencias y que la libertad que Dios nos dio viene con responsabilidad.

Comparte historias bíblicas que enseñen que la verdadera libertad viene de confiar en Dios, incluso en situaciones difíciles. Por ejemplo, Daniel y sus amigos que eligieron obedecer a Dios y fueron librados del horno de fuego. (Daniel 3). Pablo y Silas que alababan a Dios en la cárcel y fueron liberados por un terremoto (Hechos 16).

Recuerda que los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Modela la libertad con tu propia vida; vive con paz, gozo y propósito, demostrando con tu fe en Dios te hace libre de preocupaciones y ansiedades. Enseña a tus hijos cómo Dios te ayuda a enfrentar los desafíos.

Que tu hogar sea un lugar donde los niños puedan expresar sus opiniones y sentimientos. Explícales que tienen la libertad de hablar sobre lo que piensan, pero también deben aprender a escuchar a los demás y respetar sus puntos de vista. Esto les enseña que la verdadera libertad incluye la capacidad de comunicarse de manera respetuosa.

Escucha a tus hijos y guíalos con amor y paciencia. Un ambiente seguro les permitirá tener una relación con Dios y entender la verdadera libertad que tenemos en Jesús.

 

 

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