¿Qué harás para que tus hijos cumplan con el propósito de Dios para sus vidas?
Cuando pienso en una flecha recuerdo lo que dice la Biblia con respecto a nuestros hijos e hijas. Salmos 127:3-4 dice: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud”. Los hijos e hijas son la herencia de Dios, por eso los debemos cuidar y ayudar. Nuestra tarea mayor es guiarlos para que encuentren y cumplan el propósito del Señor en sus vidas.
Cuando lanzamos una flecha necesitamos de un arco para direccionarla hacia el objetivo. Pues, los hijos necesitan de una dirección y apoyo durante su crecimiento. Esa orientación es la base para que cuando sean adultos deban decidir con la certeza del propósito de Dios. Como padres debemos ser el mejor ejemplo, ya que somos la primera imagen que tienen del Señor aquí en la Tierra. Procuremos una buena comunicación, afianzar sus talentos y ser un cimiento para que cumplan sus sueños. También seamos un puente para que descubran los dones de Dios para desarrollarlos. Sin embargo, el primer paso es enseñarles a orar y a auxiliarse en la Palabra.
Saber cómo cargar, apuntar y disparar una flecha marcará la diferencia entre un disparo fallido y un tiro al blanco. Desde su niñez hasta la edad que ellos lo permitan estamos presentes en primer plano porque, al igual que la flecha, deben hacer un recorrido solos. Ellos deberán decidir con base en la educación que les brindamos. En ese momento nos corresponde acompañarlos desde la oración e intercesión para que Dios los guíe y aparte de los malos caminos.
Tensar la cuerda aumentará la precisión y disminuirá el efecto del viento y la gravedad. Para tensar el arco necesitas permanecer en una misma posición sin mover el brazo. No nos cansemos de instruir a los hijos en cada una de sus etapas. Dios es quien nos dará la fuerza y la forma para hacerlo. Pidámosle la dirección correcta conforme a Su voluntad.
Llegará el momento en que debamos soltar la flecha para que todo lo que hayamos sembrado en nuestros hijos dé fruto. Dios no abandonará sus pasos; siempre estarán bendecidos. Aunque existan temporadas de aparente sequía, la fe lloverá y verás lo que has cultivado en ellos. Te animo a seguir adelante. Ser padres es una tarea que solo la logramos con el Señor como aliado.
Gladys de Boteo