Hijos útiles

Habilitando a mis hijos

 Al ver a nuestros hijos tan pequeños en sus primeros años y a lo largo de la vida, siempre buscamos protegerlos y hacemos todo por ellos, sin darnos cuenta de que, al hacerlo, estamos creando personas dependientes de nosotros, que no sean capaces de hacer muchas cosas o de desenvolverse en esta vida por sí mismos. En algunos casos, que no sepan manejar sus emociones o se sientan muy inseguros, y que encima de eso, no valoren lo que hacemos por ellos.

Al buscar el significado de la palabra “habilitar,” encontré que es hacer a alguien o algo hábil, apto o capaz para una cosa determinada. Me parece muy interesante esta definición, sobre todo, si piensas en el rol tan importante que tenemos como padres. Habilitar a nuestros hijos desde pequeños significa descubrir sus dones, sus talentos y sus sueños. Además, creer en ellos y enseñarles que son capaces de hacer todo lo que se proponen en la vida, desde lo más pequeño, hasta lo más grande, reforzar su identidad y su autoestima.

Desde mi niñez, crecí escuchando palabras de desvalorización que, en lugar de reforzar mi identidad y ayudarme en mi desarrollo como persona, hicieron de mí alguien insegura en todos los aspectos, no creyéndome capaz de hacer nada; fue así hasta que le entregué mi vida a Cristo. Hasta ese momento pude sanar mi corazón y recuerdo muy bien lo me impactó al recibir a Jesús como mi Señor y Salvador. Me impresionó saber que Jesús me ama tal como soy, con mis defectos y cualidades y que cree en mí cuando ni mis padres, ni yo misma lo admitíamos.

Doy gracias a Dios porque me permitió conocer de él desde mi juventud, eso ayudó a cambiar mi realidad para hacer un cambio al educar a mis hijas, a apoyarlas, creer en ellas, enseñarles y habilitarlas como personas desde su niñez, adolescencia y a lo largo de su vida, siempre con palabras de afirmación. Ahora mis hijas son jóvenes responsables, trabajadoras, buenas hijas que apoyan en casa en todo sentido; son una bendición. Ellas saben que las amamos y tienen la confianza de hablar con nosotros sobre cualquier tema, las escuchamos y saben que las apoyamos en cada decisión que tomen.

Dios, en su infinita misericordia nos llama y nos hace sus hijos, también nos habilita y nos hace ministros competentes de un nuevo pacto (el pacto de la gracia) y nos envía a ir y predicar Su palabra a todas las naciones, iniciando en nuestra casa; nos delega una responsabilidad, nos equipa con Su Espíritu Santo y nos envía a cumplir su misión en este mundo.

 “Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica.”                        2 Corintios 3:4-6 (RVR1960).

Además, nos da la bendición de ser padres, de instruirlos y habilitarlos para que sean independientes en cuanto a sus responsabilidades, pero también dependientes de Dios; creer en ellos, confiar en ellos aun cuando el tiempo pasa y ellos comienzan a tomar sus propias decisiones lejos de mamá y papá. Algo muy importante es saber escucharlos desde pequeños, que ellos sepan que su papá y su mamá los aman, los escuchan, respetan sus decisiones, aunque no necesariamente compartan el mismo criterio, los apoyan en cada sueño y meta que deseen alcanzar, oran por ellos y los bendicen para que les vaya bien en la vida.

Creo que una de las mayores satisfacciones es ver cómo nuestros hijos crecen, maduran y se van desarrollando como adultos, logran ser personas resilientes que, a pesar de la adversidad, se sobreponen y siguen adelante con la ayuda de Dios y la nuestra. Para nosotros como padres, es una bendición y un alivio ver así a nuestros hijos.

Te animo a disfrutar cada etapa en la vida de tus hijos, que aproveches cada día para sembrar bien en ellos, instruirlos, hacerlos independientes, delegarles responsabilidades en casa y, en su momento, dejarlos ir creyendo y confiando que Dios guiará sus pasos y les ayudará en todo lo que hagan.  Sean grandes o pequeños continúan sembrando en ellos ahora que están contigo, y cosecharás bien cuando tomen sus decisiones y vivan su propia vida.

Por Gladys de Boteo

 

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