Una pregunta muy frecuente que me hacen es esta: ¿Cómo guiar a mis hijos a Cristo? Como creyentes sabemos que todos necesitamos recibir a Cristo en nuestra vida como Señor y Salvador, y hasta cierto punto como padres deseamos que nuestros hijos tengan ese encuentro con Dios que va a cambiar sus vidas para siempre.
Dice la Biblia en Proverbios 22:6 (PDT): “Educa a tu hijo desde niño, y aun cuando llegue a viejo seguirá tus enseñanzas”. Lo que podamos sembrar en su infancia será lo que ellos seguirán aún en su vejez, por lo tanto, es muy importante lo que enseñamos no solo con palabras, sino también con nuestro ejemplo.
Los hijos imitan y hacen lo que ven a los padres hacer. Por eso es que yo motivo a los padres constantemente a caminar con Dios y evidenciar delante de sus hijos su vida de fe.
¿Deseamos que nuestros hijos sepan acudir a Dios en necesidad o cuando hay dificultades? Seamos nosotros los primeros en buscarle cuando nos encontremos en dificultad. ¿Deseamos que nuestros hijos oren a Dios? Seamos nosotros los primeros en orar junto con ellos. ¿Deseamos que caminen de acuerdo con lo escrito en la Biblia y que vivan bajo los principios y valores de Dios? Seamos nosotros los primeros en leer la Biblia y ponerla por obra.
Yo repito a mis hijos constantemente que el domingo es el día del Señor y que está apartado para ir a Su casa a adorarle. Así que los domingos me levanto temprano, me arreglo y los levanto a ellos con alegría porque iremos juntos a la casa de Dios. También testificamos constantemente sobre las maravillas de Dios y Su amor para con nosotros, compartiéndoles y poniendo en práctica lo que la Biblia enseña en Deuteronomio 6:4-9: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.
Te invito a que hables con tus hijos la Palabra de Dios, que testifiques con ellos lo que Él ha hecho en tu vida y sobre todo Su amor al habernos dado a Jesús como un regalo para perdón de nuestros pecados y vida eterna. Comparte el día que recibiste a Cristo y lo que sucedió en tu vida. Anota la Palabra de Dios en toda tu casa, léela, háblala con ellos y cuando sea el tiempo invítalos a entregar su vida a Cristo (Dios te guiará a hacerlo).
¡Adelante! Enseñemos y descansemos en las promesas de Dios para nuestra casa. “Ellos dijeron: cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Hechos 16:31
Ingrid de Morales