Una de las maneras que nuestros hijos aprenden es a través del ejemplo. Para enseñar de manera correcta debe ser coherente entre lo que digo y hago en todos los aspectos de la vida, desde la manera en que hablamos, administramos el dinero en la familia hasta cómo reaccionamos ante un problema. Debemos aprender y enseñar no solamente del dinero, sino de cada recurso que Dios nos permite disfrutar como lo son el tiempo y energía, entre otros.
Lo primero que hemos enseñado con mi esposa a nuestros hijos es la importancia del diezmo y de ofrecer nuestras primicias al Creador, de esta forma aprenden que Dios es quien provee los recursos y en agradecimiento y obediencia damos una parte que Él mismo nos da y que al hacerlo nos bendice.
Como familia enseñamos desde pequeños a los niños a ahorrar en una alcancía y teníamos el propósito de abrir cuentas de ahorro infantiles en un banco para ellos, pero no fue hasta hace algunos meses que lo logramos hacer. Estas cuentas se abren con un monto no muy elevado y tal vez lo que más requiere es la disposición y el tiempo; sin embargo, motiva a los niños a ir ahorrando y administrar de una buena forma, enseñándoles que deben guardar una parte de lo que reciben para el ahorro y así tener disponible para algo que ellos desean.
Otro aspecto que les hemos enseñado a los niños es ayudar al necesitado, en Proverbios 19:17 dice “A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar”, y si miramos alrededor siempre podemos encontrar a alguien a quien ayudar.
Hay una frase que dice: “Poco entregado con sacrificio y amor; es que mucho más que una gran cantidad sin sacrificio ni amor” y les decimos que más que la cantidad, Dios ve el corazón y la actitud con que se entrega cada ayuda y que no ayudamos para ser vistos ni aplaudidos.
Al poner en práctica estos pequeños y básicos consejos de mayordomía y generosidad, tus hijos podrán aprender sobre la buena administración de los recursos y verás las bendiciones de Dios en tu familia.
Que Dios nos permita ser buenos administradores de sus bendiciones y que podamos transmitir e instruir a nuestros hijos en este importante tema.
Samuel Elías Ruiz