Decisiones y desarrollo personal
Al meditar en la palabra decisiones me puse a investigar su significado y encontré que significa determinación, resolución que se toma, firmeza de carácter. Desde que somos pequeños nos toca tomar decisiones desde las sencillas, tales como obedecer o no a nuestros padres, bañarnos o no, comer o estudiar, hasta las más complejas.
Como padres tenemos la responsabilidad de guiar a nuestros hijos para que comprendan, desde muy temprana edad, que una acción, una decisión que tomen, va a tener un resultado que puede ser bueno o malo.
Recuerdo que cuando mis hijas eran pequeñas, hacían muchas travesuras o se peleaban. Se me ocurrió motivarlas para que se portaran mejor; hice un calendario del mes, donde colocaba carita feliz si se portaban bien y carita triste si se portaban mal. La motivación era que, quien acumulaba más caritas felices al terminar el mes, tenía un premio.
La decisión que tomé de motivarlas dio buen fruto. Ellas decidían portarse mejor y obedecer, no pelear y sabían que yo cumplía mi palabra y, al final del mes, obtenían su recompensa. Vieron que había un buen resultado de esa decisión. Por otro lado, si persistían en portarse mal, de igual forma les decía que si insistían en hacerlo, con mucho dolor me tocaría corregirlas y cumplía mi palabra.
Creo que como padres en esas etapas de formación intentamos muchas formas para que nuestros hijos aprendan a comportarse bien, pero así pude enseñarles en ese tiempo, que cada acción y decisión, tenía una consecuencia buena o mala.
Proverbios 3:21-24 (TLA) dice: Querido jovencito, aprende a tomar buenas decisiones
y piensa bien lo que haces. Hacerlo así te dará vida y los demás te admirarán.
Andarás por la vida sin problemas ni tropiezos. Cuando te acuestes, podrás dormir tranquilo y sin preocupaciones.
Esta cita me gustó mucho, porque cuando los niños van creciendo y llegan a jóvenes, tienden a cometer muchos errores y tomar malas decisiones, muchas veces porque son influenciados por otros jóvenes. Que el joven comprenda que si toma buenas decisiones, tendrá un buen resultado y será de bendición principalmente para él.
Como padres, es nuestra responsabilidad guiarlos desde niños y ya cuando son jóvenes y crecen, orar porque Dios les dé sabiduría en cada decisión que tomen.
Asimismo, es importante estar disponible para ellos en cada momento de sus vidas, saberlos escuchar si se equivocan y se sienten derrotados, animarlos y creer con ellos. Eso los ayudará a salir adelante y saber que pueden lograr lo que se propongan y, sobre todo, que pongan sus decisiones en las manos de Dios antes de tomarlas. Todo esto les ayudará a desarrollarse bien y que aprendan a manejar la frustración cuando algo no sale como lo esperaban o cuando no tomaron la decisión correcta, que no se sientan condenados sino sigan intentando y buscando la dirección de Dios. Recuerda que todo lo que sembremos en sus corazones y con el ejemplo y el apoyo que les demos, perdurará por siempre, aunque un día ya no estemos junto a ellos.
Por Gladys de Boteo