Tener una mascota en casa es una decisión importante como familia y una oportunidad para enseñarles a nuestros hijos a expandir el amor; una oportunidad para enseñarles sobre la responsabilidad y fortalecer los roles que cada uno juega en el núcleo familiar. De esta forma aprenderán que, así como Dios nos confía a nosotros los padres la vida de nuestros hijos, Él también nos confía el cuido de la naturaleza y Su creación. Salmos 50:10-11 dice: “Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece”.
Una mascota conlleva muchos beneficios para el desarrollo emocional de los niños y este fue uno de los motivadores más fuertes para incluir a nuestro perrito en mi familia. Además, una mascota nos da la oportunidad de ver a Dios actuar en nuestro hogar. En nuestro caso, nuestros hijos —especialmente el mayor— siempre habían anhelado un perrito. Le enseñamos a orar pidiendo lo que anhelaba su corazón, pero también a trabajar para cumplir ese sueño. Durante un tiempo estuvo horneando y vendiendo panes de banano porque le habíamos platicado sobre la importancia de trabajar y ahorrar para comprar lo que uno desea, por lo que él mismo fue de gran ayuda para que tuviéramos a nuestro perrito en casa. Hoy nuestro perrito ya está con nosotros y sabemos que fue el fruto de las oraciones y los ahorros de nuestros hijos.
Son muchos aspectos los que se deben considerar al tener una mascota en la familia, pero los cuatro más importantes son:
- Asegúrate de tener el espacio adecuado para recibirlo en casa y, con base en eso, decidan el tipo de mascota o la raza que desean tener. Adoptar también es una hermosa opción, pero debes considerar lo que conlleva la adopción de una mascota, en especial si son adultas, ya que será más difícil criarlas a su modo.
- Las mascotas son un miembro más de la familia: necesitan de tu atención, de tu tiempo y energía. Nosotros vemos a nuestro perrito como un hijo más que requerirá de nuestro tiempo para educarlo y enseñarle, especialmente ahora cuando es cachorro. Enséñales a los niños a educar a las mascotas con amor.
- Toda la familia debe compartir la responsabilidad de cuidar a la mascota. Cada uno puede jugar diferente rol, pero todos debemos mostrarle amor, atención, tiempo, energía y paciencia. Proverbios 27:23 dice: “Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños”.
- Debes tener un presupuesto para cubrir los cuidados mensuales que demandan las mascotas. Debes procurar su bienestar al igual que lo haces con cada uno de tus hijos.
Como todo en la vida, cada situación es un aprendizaje, una lección y una oportunidad para ver obrar a Dios. Así que ora y prepárate para recibir a una mascota en tu familia.
Vane Rodas de Fernández