Piensa en las cosas que te dan miedo: tal vez la oscuridad, las arañas, estar solo. Dios te puede ayudar a desaparecer estos temores, solo debes orar y decir: “Jesús, no tengo miedo porque Tú estás conmigo y soy valiente”.
Ezequías era el rey de Israel. Tenía mucho miedo porque el rey de Asiria había prometido destruirlo a él y a su reino, por lo que debía hacer algo para proteger a su pueblo.
¿Sabes qué hizo Ezequías? Trabajó mucho para reforzar la muralla, reunió a todo un ejército y tapó todos los pozos para que los enemigos no tuvieran agua para beber.
Un día Ezequías miraba por la ventana y vio a unos hombres que corrían hacia el palacio. Eran mensajeros del rey de Asiria que traían una carta que decía:
“No creas que tu Dios te salvará. He venido a capturarte. Recuerda que he destruido a las ciudades que están cerca de ti. Tu Dios no podrá salvarte”.
El rey Ezequías tuvo mucho miedo, pero sabía lo que debía hacer. Tomó la carta, se arrodilló y oró a Dios. Recibió una respuesta a su oración. Esa noche un ángel destruyó a todo el ejército del rey de Asiria y al ver esto tuvo mucho miedo y regresó a su tierra.
Recuerda que Dios escucha tu oración, así que ora en cualquier situación.
