En la Biblia hay una historia sobre un joven que fue valiente y no tuvo miedo cuando estuvo en problemas. ¿Quieres escucharla?
Hace mucho tiempo en Babilonia había un rey llamado Darío. Era un hombre inteligente y bueno que siempre buscaba consejeros que lo ayudaran. Daniel era un consejero con muy buen corazón y el rey lo nombró líder de los consejeros. Los demás consejeros sintieron celos de Daniel y buscaban hacerle daño.
Daniel creía en Dios y oraba todos los días. Los consejeros le dijeron al rey que ordenara que nadie debía orar a ningún dios durante 30 días; sólo podían adorarlo a él. Si alguno no era obediente lo lanzarían a un foso lleno de leones hambrientos. ¡Si vamos a decirle al rey!
El rey estuvo de acuerdo y aprobó la ley.
Daniel siempre oraba a Dios tres veces al día delante de su ventana y todos lo podían ver. Los demás consejeros al verlo le dijeron al rey. El rey estaba muy triste, pero debía cumplir la ley. Echaron a Daniel a los leones.
El Rey Darío no pudo dormir aquella noche. Él amaba a Daniel y se sintió muy triste por lo que tuvo que hacer. En la mañana fue al foso de leones. Ordenó a sus guardias quitar la roca grande. El Rey Darío llamó a Daniel». «¡Qué sorpresa cuando Daniel le contestó!
Pero Dios envió un ángel que lo protegió y cerro la boca de los leones. ¡Dios cuida de ti como lo hizo con Daniel! No tengas miedo confía en Dios.