Cuando Jesús nació, Dios puso una estrella especial en el cielo. Algunos hombres sabios que vivían en el Oriente vieron la estrella. Ellos sabían que era una señal, el niño rey había nacido.
Ellos querían visitar al niño Jesús así que siguieron la estrella. Los tres sabios hicieron el viaje, la estrella los guio y llegaron a Jerusalén a ver al rey Herodes. Seguramente el sabría donde estaba el niño. Pero no lo sabía, es más se enojo mucho ya que no quería que nadie más fuera rey.
Los hombres sabios siguieron su camino y la estrella los guio al lugar exacto donde estaba Jesús. Se alegraron mucho cuando lo encontraron y se arrodillaron ante el pequeño rey e inclinaron sus cabezas y le dieron regalos hermosos: oro, incienso y mirra.
Cierra tus ojos y oremos: Amado Dios gracias por enviar a Jesús para ser el rey de mi vida. Quiero adorarte con todo lo que hago. Amén