En la Biblia en el libro de Éxodo está escrita una historia que nos enseña sobre el amor y el cuidado de Dios.
Moisés fue un niño hebreo que nació en un tiempo muy difícil. El Faraón de Egipto había ordenado que todos los bebés varones del pueblo de Israel debían morir. La mamá de Moisés lo escondió por un tiempo y, cuando ya no pudo más, lo puso en una canasta y la dejó en el río Nilo, confiando en que Dios lo cuidaría.
La hija de Faraón encontró al bebé, lo adoptó y lo crio en el palacio como un príncipe. Moisés creció y Dios lo llamó para una misión muy especial: liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.
Dios cuidó de Moisés cuando su vida estaba en peligro.
Moisés recordaba lo que su mamá le decía cuando era bebé, Dios siempre está a tu lado y cuida de ti. Aunque tuvo miedo al principio, Moisés confió en Dios y obedeció su llamado.