Pedro el discípulo de Jesús falló y negó a Jesús y por un tiempo cargó con esa culpa, pero finalmente el recibió el perdón de Jesús y decidió perdonarse a sí mismo, liberándose de esa carga y soltándola. Lucas 22:60-62
Somos imperfectos y en algún momento podemos llegar a fallarle a Dios o a alguien más, pero la misericordia y el amor de Dios cubren toda falla y nos hacen libres de toda culpa.
El amor y perdón de Jesús fue mayor que cualquier error, así el amor de Jesús cubre cualquier error de tu pasado, hoy es un buen día para que lo medites en tu corazón y sueltes la culpa.