Ser justo y obediente no te libra de dificultades
Ezequías era un rey ejemplar y justo, algo muy malo estaba por suceder. El rey de Asiria lo destruiría y a su pueblo también. ¿Qué haría Ezequías ante este terrible problema?
No permitas que el miedo te paralice, ora y avanza.
A pesar de tener miedo, Ezequías sabía lo que debía hacer: Orar a Dios, pedir ayuda para que oren por la situación y hacer un plan. En lugar de caer en pánico y quedarse quietos, sabiamente hicieron un plan para mantener el agua en la ciudad y esconderla de los enemigos. Ezequías hablo con todo el pueblo y les dijo “Sean fuertes y valientes; no tengan miedo del rey de Asiria porque Dios está con nosotros y es más poderoso. El pueblo confió en las palabras del rey Ezequías.
Lo que escuchas y dices tiene poder en tus decisiones.
El rey de Asiria envió un mensajero y le dijo al pueblo, no le crean a Ezequías, ni Dios los va a salvar. Ezequías sabía lo que tenía que hacer, algo muy importante: orar a Dios y pedir ayuda a su amigo Isaías para que orara también.
Dios respondió a su oración y envió a un ángel que mató a todos los soldados del rey de Asiria, quien se asustó mucho al ver esto, mejor regresó a su país.
Así fue como Dios salvó a Ezequías y los habitantes de Jerusalén del rey de Asiria y de todos sus enemigos.
Ezequías tomo el liderazgo y hablo palabras de fortaleza y ánimo a su pueblo. ¿Qué haces en medio de la dificultades? ¿Te desanimas y te das por vencido? Se como el rey Ezequías confía en Dios se valiente ante la dificultad. Dios te ayuda a pelear tus batallas, declara con tu mente y corazón ¡No tendré miedo, tengo ánimo y valor, soy fuerte y valiente porque Dios me ayuda!