Un regalo

Un regalo inmerecido

 Un regalo es algo que le das a una persona como muestra de afecto o de consideración. Al pensar en un regalo inmerecido, mi corazón se llena de gratitud a Jesucristo quien se dio a sí mismo por amor a nosotros. Padeció humillación, fue latigueado y derramó Su sangre para darnos el más valioso regalo: la salvación. Y todo esto sin merecerlo. No he conocido un amor tan grande como este.

 En Efesios 2: 8-9 dice: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Es por gracia que recibimos salvación, por medio de la fe, no por obras.

Recuerdo mi vida antes de conocer a Jesús y entregarle mi corazón: estaba como la tierra antes de la creación, desordenada y vacía, llena de oscuridad, sin sentido, sin propósito, repleta de errores, y sin percibirlo, en mi interior había una necesidad muy grande de Dios.

Aún recuerdo el día que le entregué mi vida a Jesús: lloré por mucho tiempo porque no podía creer que Dios me amara tal como estaba, que me aceptara, perdonara mis pecados y hubiera dado su vida por amor a mí, para que pudiera tener el mayor regalo que un ser humano puede recibir: la salvación. Desde ese día mi vida cambió; el dolor que sentía en mi corazón fue sanando poco a poco, pude perdonar y a lo largo de mi vida, mi amor y agradecimiento a Él ha ido en aumento.

 Puedo afirmar que Dios cambió mi tristeza en gozo, transformó mi corazón y me hizo una nueva persona. Como dijo el apóstol Pablo a los filipenses: no digo que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que nunca es tarde para rendir tu vida a Jesús o reconciliarte con Él, Dios transformará tu corazón y toda tu vida. Él no te dejará ni te desamparará, estará contigo dondequiera que vayas.

Muchas veces vivimos circunstancias adversas y complicadas y aunque en ese momento no lo entiendas Dios estará contigo. Los planes que Él tiene para ti siempre serán de bien y no de mal. Aunque las cosas no salgan como esperas, Dios te mostrará a Su tiempo el propósito de cada una de ellas. Como dice el Salmo103:1-2: Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Aun cuando estés viviendo tiempos de abundancia y te vaya bien en todo, reconoce que toda buena dádiva viene de Él. Vivamos cada día agradecidos, bendiciendo y alabando a Dios quien nos ama, nos bendice y nos guarda

 Gladys de Boteo

 

También te puede interesar:

La regla de oro

La empatía es la capacidad de entender la vida emocional de quienes nos rodean. Es una valiosa regla de oro para que permanezca en nuestros hogares.

Leer más »

Tiempo libre

En el capítulo tres del libro de Eclesiastés, leemos que hay un tiempo para todo y de nada sirve afanarnos.

Leer más »

Disciplina

Disciplinar no es lo mismo que castigar. la disciplina propone que los niños cambien su comportamiento a través de la comprensión de sus errores, por medio de una consecuencia razonable y directamente relacionada con el problema suscitado.

Leer más »