Seguridad en Dios durante los tiempos difíciles
He aprendido que la única forma de ser resilientes y sobrellevar las pruebas con fortaleza y paz en tiempos difíciles es buscando a Dios en todo momento. Es Él quien nos da la fuerza y la paz que necesitamos. La vida nos presenta muchas dificultades a lo largo de los años. Desde que nacemos y crecemos hasta que llegamos a ser adultos, atravesamos problemas y circunstancias adversas de todo tipo.
Al mantener una comunión constante con Dios, podemos tener la certeza de que cuida de nosotros y que todo, absolutamente todo, obra para bien de quienes le amamos. Entonces, comparto algunas respuestas a esta pregunta: ¿Cómo enseñar a nuestros hijos a encontrar su seguridad en Dios en tiempos de crisis?
Primero: seamos el puente de confianza hacia Dios para nuestros hijos
Como padres es fundamental que cultivemos nuestra relación con Dios y permitamos que Él nos fortalezca. Esto no solo nos beneficia a nosotros, sino que también nos capacita para guiar a nuestros hijos a encontrar refugio en el Él. Debemos ser un puente de confianza para que ellos se sientan libres de compartir sus sentimientos y los desafíos que enfrentan. Solo así podremos enseñarles a enfrentar las dificultades buscando a Dios en oración y transmitiendo la misma fe y certeza que hemos experimentado.
El Salmo 46:1-2 nos recuerda: Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por eso no temeremos, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar. Estas palabras son un ancla para nuestras almas y también un mensaje poderoso para transmitir a nuestros hijos: que, en medio del caos, Dios sigue siendo fiel y está presente.
Segundo: aprendamos a poner en manos de Dios las dificultades
En mi propia familia, hemos enfrentado muchas adversidades. Desde problemas financieros hasta retos emocionales, hemos visto la mano de Dios, sosteniéndonos en cada momento. Cada vez que surgía una dificultad, decidíamos ponerla en las manos de Dios. Ahora que mis hijas son adultas, muchas veces buscan consejo, oración y palabras de aliento. En esos momentos, siempre les recuerdo cómo Dios ha obrado en el pasado y cómo Su fidelidad no cambia.
Puedo testificar que Dios nos ha usado como padres para acompañarlas en cada proceso. Juntos, en oración, hemos visto cómo Él las ha transformado, ayudándolas a convertirse en mujeres resilientes. Estas experiencias no solo han fortalecido su fe, sino también les han dado herramientas para confiar en Dios por encima de sus propias fuerzas.
Tercero: transmite a tus hijos paz y seguridad en la incertidumbre
En un mundo lleno de incertidumbre, es vital que les testifiquemos a nuestros hijos cómo Dios ha sido nuestra roca y los animemos a buscarlo en todo tiempo. Orar juntos como familia crea un ambiente de confianza y dependencia de Dios. Esta práctica no solo les ayuda a enfrentar los retos del presente, sino que los habilita para los desafíos futuros. Hoy más que nunca, nuestros hijos necesitan que les transmitamos paz y seguridad.
Cuarto: que nuestros hijos busquen su seguridad en Dios
Una de las mayores alegrías que he experimentado como madre es saber que, aun cuando yo no esté, Dios seguirá estando con mis hijas. Este pensamiento me da paz, porque confío plenamente en que Él las fortalecerá y las acompañará en cada momento de sus vidas, sin importar cuán difícil sea.
Enseñar a tus hijos a buscar seguridad en Dios durante los tiempos difíciles es un regalo eterno. Al hacerlo, les damos una base firme que les sostendrá toda su vida. Con oración, fe y el testimonio de nuestra propia relación con Dios, podemos ser un faro que ilumine su camino.
Finalmente, te animo a que tomes tiempo para orar con tus hijos, que hables de la fidelidad de Dios y les recuerdes que Él es su refugio. Esta inversión espiritual traerá frutos que impactarán no solo sus vidas, sino también la de tus futuras generaciones. Porque la seguridad en Dios es el mayor legado que podemos dejarles.
Por Gladys de Boteo