Modelo y enseño con el ejemplo

Hace un tiempo empecé a tener una fuerte inquietud en mi corazón. Me preguntaba si en verdad estábamos construyendo en el reino de los cielos o si simplemente éramos cristianos de fin de semana; y me preguntaba además cuál era el legado que dejaríamos a nuestros hijos. A raíz de esto, y después de buscar la guía de Dios, mi familia y yo decidimos ser familia “temporal” o “sustituta” para niños en situación de vulnerabilidad mientras que su situación cambia o mejora. Esta era una oportunidad de demostrar el amor de Dios de forma incondicional.

Ahora hemos aprendido de forma práctica a dar amor sin esperar nada a cambio, a orar por los niños que nos entregan temporalmente y por sus familias; pero lo más reconfortante es ver cómo Dios sana corazones y vidas rotas que con paciencia y amor se pueden transformar: de caritas tristes a caritas llenas de alegría que agradecen con sus sonrisas.

Tomando como herramienta el ejemplo, nuestros hijos han aprendido a amar a sus semejantes y compartir el amor de sus padres. Además de prestar su tiempo y sus juguetes, aprenden a cuidarse como hermanos los unos a otros.

Como padres en muchas ocasiones queremos que nuestros hijos aprendan por medio de nuestras palabras; sin embargo, debemos entender que es más eficiente instruirlos con el ejemplo. Escuchamos siempre una frase de cajón:  “el ejemplo vale más que mil palabras”, pero solo cuando lo ponemos en práctica podemos observar qué tan efectivo es esto y cómo nuestros hijos terminan imitando lo que hacemos.

Debemos meditar en nuestras acciones y comprender si lo que hablamos va de acuerdo con lo que hacemos. Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.

Soy esposa, mamá de 3 hijos biológicos y dos hijos temporales que nacieron en mi corazón por decisión de Dios. Mi misión es amar, cuidar y restaurar corazones rotos de niños vulnerables, brindándoles un hogar temporal donde experimenten un amor genuino y seguro, y donde conozcan el amor inagotable de Dios a través de mi familia.

Ginneth Molano de Elías

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