La cúpula de hierro

Hijos bajo ataque

 La cúpula de hierro es un sistema de misiles que está diseñado para detectar y destruir cohetes de corto alcance y proyectiles artilleros. Como padres debemos ser como esa cúpula de hierro para nuestros hijos e hijas. Ellos están siendo atacados por el enemigo en diferentes áreas como la salud o la sexualidad, también en su mente y en su fe en Dios.

Lo primero que necesitamos es identificar de donde viene el ataque. En Proverbios 22:3 (PDT) dice: “El prudente ve el peligro y lo evita; el insensato sigue adelante y recibe el daño”. Si sabemos el origen del ataque, evitaremos alejarlos a tiempo del peligro.

Es importante orar porque la oración es una fortaleza espiritual que cubre a nuestros hijos e hijas de esos ataques. En otras palabras, orar con y por ellos es parte de esa cúpula de hierro. Debemos detectar con antelación la bomba para que no estalle. Sin embargo, recordemos que el Padre guarda sus mentes y sus corazones.

Necesitamos tomar decisiones en beneficio de nuestros hijos e hijas. Uno de los temores más grande es que se aparten de Dios, por eso muchas veces somos condescendientes en algunas cosas que sabemos que no están bien (fiestas, relaciones dañinas, redes sociales, etc.). Podemos tener la creencia que, si nuestros hijos están en el mundo sin instrucción, entonces van a amar más a Dios. Esto es un error porque los padres fuimos puestos para guiarlos y protegerlos.

Como padres seamos facilitadores para que reciban la bendición del Padre. En Mateo 19:14 dice: “Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”. Acerquemos a nuestros hijos a Dios leyendo la Biblia, asistiendo los domingos a la iglesia y platicando las bendiciones del Señor en nuestras vidas.

También aprendamos a poner reglas y límites en casa. Dios estableció mandamientos para que aprendamos a vivir apartados del pecado y le honremos. Los hijos aprenden a obedecer a Dios cuando escuchan nuestra instrucción. ¡El hogar es la mejor escuela para su adultez!

Padre y madre de familia, nunca es tarde para hacer cambios en beneficio de la vida de los hijos. Recuerden que el enemigo anda como león rugiente viendo a quien devorar, que ellos no sean una presa fácil. Protejamos sus vidas siendo prudentes, estableciendo reglas y límites en casa, y acercándolos a Dios.

Cambio de un giro de 180°

Nunca es tarde para hacer cambios que beneficien a nuestros hijos e hijas. No podemos encerrarlos en una burbuja, pero sí empoderarlos con las armas espirituales para que puedan defenderse. Nosotros como padres debemos estar alertas, velar y orar por ellos constantemente para lograr ese cambio.

 

Ingrid de Morales

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