Enseña a tus hijos a disfrutar la etapa de vida en la que se encuentran
Tuve muchos días de caos durante mi infancia y adolescencia, pero cuando decidí dejarme abrazar por el amor de Dios, le hice una promesa a mi esposo y a mis hijos. Recuerdo bien el momento cuando expresé: En esta familia, les prometo que aprenderemos a disfrutar cada etapa de nuestra vida, porque los planes de Dios son de bien y no de mal para nosotros.
No vivas con demandas por agradar a alguien más o forzar una etapa que no ha llegado en tu vida, o en la vida de tus hijos; disfruta cada día.
Dios pone el día y tú le pones la alegría. El salmista oró al Señor en el Salmo 51:12 (PDT): “Hazme sentir de nuevo la alegría de tu salvación; y que me sostenga tu Espíritu que me guía”. Lo urgente de la vida nos desenfoca de lo que es verdaderamente importante.
¿Qué significa “disfrutar” cada etapa de la vida?
Cuando hablamos de enseñar a nuestros hijos a disfrutar la etapa de la vida en la que se encuentran, no nos referimos solo a pasarla bien o a buscar diversión. Disfrutar es mucho más; es agradecer a Dios por el presente. Es vivir con alegría, sin ansiedad, sin estrés, sin prisas, por lo que todavía no ha llegado. Es reconocer que cada edad trae un propósito único y especial en el plan de Dios.
La Biblia nos recuerda: “El contentamiento trae gran ganancia”. (1 Timoteo 6:6). Eso significa que disfrutar cada etapa no es esperar a tener “más” o “ser mayor”, sino reconocer que Dios ya nos ha dado lo necesario; Jesús es suficiente para este momento de la vida.
Vivimos en una sociedad en donde, cada vez más, los niños quieren dejar con urgencia esta etapa. Los vemos ansiosos por crecer, por vestirse como adolescentes, hablar como adultos, usar la tecnología sin límites y participar en actividades que no corresponden a su edad. Y aunque crecer es un proceso natural y hermoso, la Palabra de Dios nos recuerda que “todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. (Eclesiastés 3:1 RVR1960).
¿Cómo darle forma al aprendizaje de nuestros hijos para que sepan disfrutar cada etapa?
Primero: Aprendan juntos a dar gracias cada día por las bendiciones y pesares.
Segundo: Festejen lo propio de su edad; la niñez es para jugar, soñar y aprender. La adolescencia es para descubrirse y tomar pequeñas responsabilidades. Cada etapa tiene alegrías únicas que no regresan.
Tercero: Enseñen con paciencia; los niños quieren crecer rápido, pero el crecimiento sano requiere tiempo. Enséñales que Dios hace todo hermoso “a su tiempo”. (Eclesiastés 3:11) y que la paciencia es un fruto del Espíritu que todos damos.
Cuarto: Influya en su vida como padres que son el mejor ejemplo. Si los hijos ven a papá y mamá quejándose de la etapa que viven, aprenderán lo mismo. Pero si los ven disfrutando la vida con gratitud, también aprenderán a hacerlo.
Quinto: Evita exponerlos a presiones innecesarias. Muchas veces el mundo empuja a los niños hacia actitudes y responsabilidades que no corresponden a su edad: modas, redes sociales, conversaciones que no entienden. Como padres, tenemos que guardar sus corazones y mentes, dándoles un ambiente seguro donde puedan crecer a su propio ritmo.
Sexto: Recuérdales que Dios tiene un plan perfecto. Nuestros hijos necesitan escuchar que su vida no es una carrera de velocidad, sino un viaje diseñado por Dios. Cada etapa es parte de un plan maravilloso. Podemos enseñarles versículos como Jeremías 29:11, que nos asegura que Dios tiene pensamientos de bien para nuestro futuro.
Querido papá, querida mamá: disfruta junto a tus hijos la niñez, la adolescencia y cada etapa que vendrá. No te canses de recordarles que ser niño es un regalo, que cada edad trae una gracia especial y que la verdadera plenitud se encuentra en caminar día a día con Dios.
Por Taryn de Recinos, Magister en Psicopedagogía


