Una guía para padres cristianos que desean evaluar el progreso emocional de los hijos en un hogar dividido.
Criar hijos en un hogar dividido puede ser un desafío, pero Dios nos ha dado la sabiduría y la fortaleza para guiarlos con amor y comprensión. La separación de los padres puede generar inseguridad en los niños, afectando su bienestar emocional y espiritual. Sin embargo, con apoyo, comunicación y fe, es posible ayudarles a desarrollar resiliencia y seguridad. Así lo enseña el libro de Proverbios 22:6 (NTV): Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán.
Es fundamental estar atentos a sus emociones y ofrecerles un espacio seguro donde puedan expresarse sin miedo. A continuación, te comparto algunas estrategias que te ayudarán a evaluar su progreso emocional y, si es necesario, buscar ayuda profesional.
- Observar cambios en el comportamiento.
Los niños suelen expresar las emociones a través de su comportamiento. Si notas que tu hijo está más irritable, se aísla, tiene problemas para dormir o ha bajado su rendimiento escolar, es posible que esté enfrentando una lucha interna. Dios nos llama a ser padres atentos y comprensivos. Así lo señala Proverbios 19:8 (NTV): Adquirir sabiduría es amarte a ti mismo; los que atesoran el entendimiento prosperarán.
- Fomentar conversaciones sinceras.
Crear un ambiente donde los niños puedan hablar con libertad sobre lo que sienten fortalece la relación y les da seguridad emocional. Haz preguntas abiertas, tales como: ¿Hay algo que te preocupa? ¿Cómo te has sentido últimamente?
Estos momentos no solo ayudan a comprender su mundo emocional, sino que también les enseñan que siempre pueden acudir a ti. Sabiamente Pablo el apóstol explica: Por eso, anímense los unos a los otros, y ayúdense a fortalecer su vida cristiana, como ya lo están haciendo. 1 Tesalonicenses 5:11 (TLA).
- Evaluar su capacidad para manejar emociones.
Es normal que los niños se frustren ante los conflictos, pero si tienen dificultades para gestionar sus emociones, pueden beneficiarse de herramientas como la respiración profunda, el juego simbólico o el arte. Además, recuérdales que Dios está con ellos en todo momento y que pueden acudir a Él en oración. Salmos 34:18 (PDT), afirma: El Señor siempre está dispuesto a ayudar a los que sufren y salva a los que han perdido toda esperanza.
- Revisar sus interacciones sociales.
Las amistades y relaciones familiares pueden reflejar el estado emocional de tu hijo. Anímalos a rodearse de personas que les edifiquen y motívalos a cultivar valores cristianos en sus relaciones.
Pero no se dejen engañar. Las malas compañías dañan las buenas costumbres. 1 Corintios 15:33 (PDT).
- Buscar apoyo externo si es necesario.
Si notas que tu hijo está pasando por un período prolongado de angustia o dificultades emocionales, buscar ayuda profesional puede ser un paso crucial. No es señal de fracaso como padre, sino un acto de amor y compromiso con su bienestar.
Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad. Proverbios 11:14 (RVR1960)
Señales de que es necesario buscar ayuda profesional
Si bien cada niño tiene su propio proceso de adaptación, existen algunas señales que indican que la intervención de un especialista puede ser necesaria:
- Cambios de comportamiento drásticos.
- Problemas en la escuela y dificultades de concentración.
- Ansiedad o tristeza prolongada.
- Reacciones extremas ante situaciones de estrés.
- Cambios en patrones de sueño y alimentación.
- Conflictos constantes con familiares o amigos.
Buscar ayuda no significa que hayas fallado como padre, sino que estás comprometido con el bienestar de tu hijo. La meta es brindarle herramientas para que crezca emocional y espiritualmente fuerte.
Que Dios, quien da esperanza, los llene de toda alegría y paz a ustedes que tienen fe en él. Así tendrán tanta esperanza que llegará a otros por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13 (PDT).
Dios nos ha llamado a ser guías amorosos para nuestros hijos. A través del apoyo, la comunicación y la oración, podemos ayudarles a superar los desafíos con paz y confianza.
Por: Licda. María Castillo