Adolescencia y divorcio

Padres divorciados acompañen con amor y esperanza a sus adolescentes

La adolescencia, por sí sola, ya es una etapa de grandes cambios emocionales, físicos y sociales. Cuando a esto se suma el divorcio de los padres, el impacto puede ser profundo. Muchos adolescentes se sienten confundidos, heridos o incluso culpables. Como adultos, es vital comprender cómo acompañarlos con sensibilidad, verdad y esperanza, recordando que Dios sigue obrando incluso en medio del dolor.

Andrea tenía 13 años cuando sus padres decidieron separarse. De ser una niña alegre y sociable, pasó a encerrarse en su cuarto, a contestar con enojo y a bajar su rendimiento escolar. Su madre, preocupada, buscó ayuda pastoral y comenzó a tener conversaciones sinceras con ella. Poco a poco, Andrea fue expresando su tristeza, su enojo y su miedo. Con el tiempo, y con el apoyo adecuado, volvió a sonreír. No porque todo fuera perfecto, sino porque aprendió que Dios no la había abandonado.

Te comparto tres ideas claves para acompañar a tus hijos en esta etapa.

  1. Los adolescentes necesitan validar sus emociones, no minimizarlas.
    Frases como “todo estará bien” o “ya lo superarás” pueden cerrar el corazón del adolescente. En cambio, decir “entiendo que esto te duele” abre espacio para el diálogo y la sanidad interna.
  2. El divorcio no define su identidad ni su futuro.
    Muchos adolescentes temen repetir la historia de sus padres. Es importante recordarles que, aunque sus circunstancias cambien, su valor y propósito en Dios permanecen firmes.
  3. Dios sigue siendo un refugio seguro en medio del dolor.
    Aunque la familia se reconfigure, el amor de Dios es constante. Él consuela, restaura y guía a quienes confían en Él.

Es importante tener claros los siguientes conceptos:

Divorcio: Es la disolución legal del matrimonio, pero no significa el fin del amor y el compromiso hacia los hijos.

Adolescente: Es una etapa de la vida donde existe una búsqueda de identidad. El divorcio puede generar inseguridad; por eso necesita más que nunca sentirse amado, escuchado y valorado.

Acompañamiento emocional: No se trata de tener todas las respuestas, sino de estar presentes, disponibles y dispuestos a escuchar sin juzgar.

Algunos versículos bíblicos que pueden acompañar en esta etapa son:

El Señor siempre está dispuesto a ayudar a los que sufren y salva a los que han perdido toda esperanza. Salmos 34:18 (PDT).

Sé muy bien lo que tengo planeado para ustedes, dice el SEÑOR, son planes para su bienestar, no para su mal. Son planes de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11 (PDT).

Padres, si están atravesando un proceso de separación o divorcio, no están solos. Dios puede traer consuelo y restauración, incluso en medio del dolor. Y si tienen hijos adolescentes, recuerden: no necesitan respuestas perfectas, solo necesitan su amor constante, su presencia y la guía de Dios. La adolescencia, aun en medio de la tormenta, puede ser una etapa de crecimiento, fe y esperanza.

Por Licenciada María Castillo

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