Adicciones

Adicciones en los adolescentes

Todo me está permitido, pero no todo es para mi bien.

Todo me está permitido, pero no dejaré que nada me domine.

1 Corintios 6:12 (NVI)

 

La adicción puede definirse como dependencia incontrolable. Sin embargo, cuando el adicto no logra satisfacer su necesidad, experimenta el síndrome de abstinencia. Este se caracteriza por síntomas físicos y psicológicos de angustia severa como náuseas, insomnio, cambios en el ritmo cardíaco, dolores musculares, convulsiones y estados de ansiedad.

Las adicciones más comunes en la adolescencia

El consumo de sustancias está considerado como un problema social y los adolescentes son los más vulnerables. Pero también están las adicciones conductuales que cada vez son más usuales como la adicción al juego, el tabaquismo, el consumo de la marihuana y otras drogas, las redes sociales, la cafeína o la tecnología.

Generalmente, el camino para superar cualquier adicción involucra la intervención de varios especialistas, tanto psicológica como farmacológica.

Los factores que aumentan las adicciones entre los jóvenes

El primer factor es el sencillo acceso a sustancias y medios; además de la predisposición social, problemas familiares y trastornos psicológico. Sin embargo, existen diferentes factores secundarios que son importantes para mencionar. La adolescencia es una etapa de aprendizaje y cambios que pueden despertar la curiosidad donde quieren experimentar qué se siente.

Factores

  • “Soy igual a un familiar”. La adicción se desarrolla por la imitación.
  • “Soy invencible”. La etapa de la adolescencia crea la ilusión de fortaleza y seguridad que pueden desarrollar conductas perjudiciales.
  • “Soy independiente”. Tienen la necesidad separarse del ambiente familiar y conocer otros entornos para conocer un sentido de pertenencia y aceptación a un entorno social ajeno al familiar.

Signos de advertencia

  • Cambios repentinos en las amistades, hábitos alimenticios, patrones de sueño, apariencia física, coordinación o rendimiento escolar.
  • Comportamiento irresponsable.
  • Cambios en la obediencia de las reglas familiares o aislamiento de la familia.
  • Uso de objetos extraños que no eran cotidianos en el adolescente.

Por lo tanto, si sospechas o sabes que tu hijo está actuando de manera extraña, te sugiero lo siguiente:

  • Conversar con él.
  • Fomentar la honestidad y la confianza.
  • Concéntrate en el comportamiento, no en la persona.
  • Mantener contacto regular.
  • Buscar ayuda profesional.

Nunca es demasiado pronto para hablar con tu hijo o hija adolescente sobre las diferentes adicciones. Las conversaciones que tengas hoy pueden ayudar a tu adolescente a tomar decisiones saludables mañana.

 

Las moscas muertas hacen que el ungüento del perfumista dé mal olor; un poco de insensatez pesa más que la sabiduría y el honor.

Eclesiastés 10:1 (LBLA)

 

Taryn de Recinos

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